¡Qué buen café!

A casi todos nos agrada un buen café por la mañana, nos ayuda a pasar el día. Algunas personas tienen un tipo de café preferido o van al bar donde les preparan “el mejor café que ha probado”. Independientemente del tipo de café, este tiene características importantes que influyen en su sabor y se reflejan en nuestra salud.

Los factores que influyen en el sabor y aroma del café son muchos, desde las condiciones de plantación hasta el tipo de preparación. Primero que todo, existen 2 variedades de grano muy conocidas hoy en día, con características diferentes, Café Arábica (Coffea Arabica) y Café Robusta (Coffea Canephora). Una de las diferencias principales es que el tipo robusta es amargo, áspero y astringente, mientras que el arábica es perfumado, dulce, incluso achocolatado. No es fácil encontrar dos cafés totalmente iguales, debido a que éste tiene miles de  compuestos químicos y dependiendo de la proporción de estos tendrá una característica u otra.

Por otra parte, el café puede ser natural o tostado (torrefacto). Para los que toman café descafeinado, este proceso se realiza antes del tueste, exactamente en el grano de café verde. En España se acepta un café como descafeinado cuando tiene hasta 0,1% de cafeína y si es soluble hasta 0,3%.

El café que solemos tomar en la los bares, y en algunas cafeteras caseras es el café expreso. Este tipo de preparación es muy apreciada y consiste en pasar agua a alta presión (entre 5 y 18 bar) por los granos de café, el producto final se caracteriza por tener una fina crema de hasta 4 mm y en tan sólo 20-25 segundos se puede conseguir un café excelente. Otras preparaciones son el café americano a través de filtro o goteo y la de émbolo manual.

Lo que quizás no sabemos es como se valora un café. Hoy en día existen catas de café donde lo primero que se valora es la fragancia del grano molido y ya tostado, en segundo lugar, se evalúa el aroma para lo cual se huele la infusión, en tercer lugar, se prueba la infusión para conocer el gusto, luego el retronasal se refiere al vapor que deja el café cuando lo absorbemos. Después el café se escupe y se valora el gusto que deja en la boca, es decir el postgusto y finalmente el cuerpo que se refiere a la densidad y a la textura de la bebida. También existe la cata a la brasileña y de café expreso. Realmente son muchas las características que definen un buen café.

En relación a los beneficios del café son muchos, en primer lugar es un antioxidante, incluso cuando es torrefacto, es diurético, termogénico, lo  que es bueno para bajar peso y es ligeramente laxante. Por otra parte está comprobado que personas que toman café de forma moderada (2 al día), tienen mejor concentración y están más alerta, además tienen menor tendencia a padecer de Alzheimer y de Parkinson. Por el contrario cuando el café se toma en grandes cantidades puede producir nerviosismo, taquicardia, insomnio, problemas digestivos, aumenta el síndrome premenstrual y puede llegar a disminuir la fertilidad en las mujeres.

Lo importante del café es que podemos disfrutar de su sabor y de sus propiedades saludables siempre que lo tomemos con moderación, y por supuesto, si es en compañía ¡mejor!.